Al observar la poca iniciativa de parte de los jóvenes por entregar la vida en el mundo publico y la decepción que tienen esto de la política. Y al mismo tiempo la desazón de los mayores, al ver que la vuelta a la democracia no satisfago muchas de sus expectativas. Veo que se ha generado un panorama desolador.
El espacio político, en el que se generan los grandes cambios sociales y se resuelven muchos de los problemas que aquejan a la nación, se esta quedando vació de vocaciones. Miles de jóvenes y hombre buenos no quieren entrar, y no por que no lo desean. Sino porque no quieren involucrarse en practicas y normas que transgreden sus valores mas nobles. Más aun, muchos hombres que están en este espacio, se han empezado a ir, poco a poco. Lentamente.
Y es desde esta realidad, donde la pregunta de evangelizar la política toma enorme fuerza. Pues, ¿que significa evangelizar? ¿Es enseñar adoctrinamiento a alguien? Yo creo que no. Sino, como se menciona en el documento de Aparecida. Evangelizar es permitir que cada persona tenga un contacto personal con la persona de Cristo en su vida. Pues ¿Que ocurre cuando uno tiene ese contacto directo (que muchas veces no tiene porque ser consiente)?.
Volvemos a creer que lo imposible es posible, que lo viejo se puede hacer nuevo, que lo muerto puede volver a vivir, en definitiva la esperanza vuelve, la esperanza cristiana brota.
Y creo que en definitiva es ese nuestro rol, devolver la esperanza en la política, trayendo la buena nueva. Que Dios creyó en el hombre y por ende nosotros también tenemos que creer en el hombre. Y que a pesar de las dificultades, podemos superar el egoísmo.
Para esto, tenemos la misión de vivir en coherencia con nuestros valores mas elevados. Siendo un "fuego que enciende otros fuegos", generando los espacios necesarios para que otros puedan encantarse con la política y creando "sueños compartidos" que rompan las ambiciones pequeñas, construyendo caminos grandes, caminos de entrega radical por el otro.
En resumen, la manera de evangelizar en la política, es siempre en base a la capacidad de encarnar el mensaje de Cristo en la política, siendo luz en la oscuridad, siendo esperanza a través del testimonio.
Es hora de devolver la esperanza en la política.
Carlos Urriola
lunes, 11 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario