Me pidieron hace poco escribir acerca de mi, de mis pasiones, de mis momentos de plenitud, de mis talentos y también de mis debilidades, de mis miedos, de mis tristezas. En otras palabras, de mi música, de esa melodía única, melodía de mi historia, melodía de los regalos que Dios me ha dejado en mi corazón. Muchas veces en la soledad de mi pieza o en el ruido de algún mall la escucho y me maravillo, aunque también me río de mis desafinadas y algunas veces me avergüenzo, lo siento soy así, intento no desafinarme tanto, pero estoy aprendiendo.
Hoy en esta etapa de cambio, veo como mi melodía pronto tendrá que buscar un resonar. Y busco en mi corazón y se cual es. Son los desafíos de nuestro mundo, la pobreza, la desesperanza, las injusticias, la creación de una cultura basada en el amor, en la fraternidad. Amigos míos, no tengo claro donde estaré y cual es el camino, pero tengo a mi corazón como guía, como brújula, este es mi guía, el que no me permite acomodarme.
Recuerdo mi viaje a El Alto, ese pueblo hermano, ese pueblo donde conocí a jóvenes que se la jugaban por hacer surgir su ciudad, recuerdo sus luchas y me emociona pues son compañeros de camino, que sufren pero siguen allí, porque como se dice "El Alto de pie, nunca de rodillas".
Ojala Dios guíe mis pasos en estos momentos de cambios y ojala que siempre este de pie y nunca de rodillas, luchando por el amor, por mis hermanos, por Cristo.
Gracias hermanos bolivianos, sigamos adelante que nuestros pueblos pueden ser mas plenos.
martes, 12 de junio de 2007
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